viernes, mayo 23, 2008

El apagón de tele del rock

Te ha tumbado la voz inconfundible de Edith Piaf, como un susurro te silba pasión al oído y te declara el amor en un París robado.

Con ese pacto emocional cargas y cuando entras a aquel bar les dices a la copa que eres Serrat.

Bebes las lágrimas y te sientas en el piano, a Don Lucho Gatica esta noche tienes que acompañar.

Cuando las notas trágicas exploren las tinieblas, el rayo eléctrico verás caer y un coro de Ángeles Negros ha de escupirte su nostalgia. Ni Salvatore Adamo vendrá a tu rescate y una huida intentarás.

Corriendo por el laberinto de la noche te harás un gorrión en Conchalí y desde ahí tu trinar pedirá libertad.

Pero el triste fulgor y las primeras luces del alba harán mella en tu sentir y oirás a los Panchos cantar.

Aznavour te tenderá una mano y te arrastrará a la bohemia. Desde ahí sólo observarás al hombre nuevo en una cebolla sus penas ahogar.

¿Rock, amigo, que hiciste?...Dónde la viste?...Cómo es que me viste esa noche llorar?...Cuando ha sido mío el canto a lo divino, si son sólo tus guitarras mi verdadero afán.

Sé que me lo niegas, pero ya que así en mi sueño lo he visto, con honestidad te cito a la lengua popular.

Eres sólo un remedo del canto original, mientras tu sonido cuelga del espermio universal.

Se escucha tu corazón palpitar,
con tu mejor traje y ante las entrañas te sacas el sombrero
para perpetuar tu identidad.

Rock, porqué me has abandonado???...o será sólo una alarma espiritual del yo no canto por cantar, ni por tener buena voz.

La tontera musical hace fiesta en mi cabeza y sólo me queda aceptar que fue un ataque fulminante.

Perdí por un instante mi torrente vital, aquel que te recuerda la contradicción esencial, de existir como un bolero en un cuerpo de metal.

lunes, mayo 12, 2008

Water


Moscas revolotean en el reino fecal, mientras las reverencias se hacen notar, el refugio se abre paso y la cabeza gacha busca en el fugaz pensamiento un puerto de nuevas aventuras.

Tranquilidad Zen de los cantos atemporales, todo se detiene y todo camina a la vez.

Momento de sabiduría y de profundo repaso espiritual; y cuando el alivio es un hecho consumado, llegan los colonos de la nueva era para volver a poblar de basura tu sagrado lugar.

Oráculo del más allá que vives a nuestra merced, ves las miserias abandonar la batalla y con tu infinita bondad te lo tragas todo para volver a empezar.

El papel documenta la historia, pero la mezquina soledad envía tu recuerdo a un cerro de mierda monumental.