Para cerrar el ciclo Star Wars, que comenzó para promocionar el episodio III, les dejo acá este relato original que escribí para el concurso de la pagina web www.todouncine.cl y que salió premiado con el primer lugar. Si desean pueden visitar también la página directamente en la sección cinemaescope....que lo disfruten.
El cantinero de Mos Eisley.
Llevo 30 años atendiendo esta mugrosa barra de Chalmun en Mos Eisley, y he visto de todo, mercenarios de los Hutts, guardias federales y de la república, wookies, esos desagradables cazarecompensas , con máscaras de todos colores y formas, esperando llevarse un botín a sus pueblos del borde exterior, algunos jedis, ladrones y asesinos con sentencia de muerte en muchos sistemas, esos maestros malévolos llamados Siths, e incluso neimodianos y Bothans.
Claro es también de mis menesteres tener algunos Bith para entretener al público, son los mejores músicos de la galaxia, aunque los míos son aventajados en el arte de beber, lo que inunda el bar con improvisaciones musicales, casi tan ficticias como las peleas entre los gamorreanos que defienden el palacio de Jabba.
Sin embargo hace 3 lunas arribó a mi barra una mujer, por lo visto importante, pero esta no iba sola, la acompañaba un jedi muy afligido. Aunque le prohibí entrar con sus dos androides e hice lo posible para echarla del local, porque tengo una hija también y este ambiente es decididamente corrupto, ella me pidió un trago y me increpó duramente por intentar atentar contra su libertad de suelo.
Noté que tenía casi 6 meses de embarazo, pero estaba destrozada y la verdad no quise seguir contradiciéndola y le di la bebida más fuerte de los confines de Tatooine.
Tanto el jedi como la mujer esperaban algo, o por lo menos esa era la sensación que daban sus miradas y sus frentes sudorosas.
En un instante me di vuelta para llenar algunos vasos de los comensales, y lo que pasó después es un misterio, recuerdo un brillante haz de luz pasando como un rayo por mi vista, luego una capa negra que lo envolvía todo y una pelea de sables laser. La mujer ya no estaba en el lugar.
Recuerdo haber despertado de ese letargo temporal y haber visto al jedi correr, en el mismo momento en que unos guardias ¿de la república, de la federación?, nunca había visto esas armaduras blancas por acá, revisaban mi local.
De lo que seguro nunca me voy a olvidar es de las lágrimas de aquella mujer, era desgarrador, sangría de sentimientos, puede que sea un tipo duro, pero eso me dejó atónito….siento que ella realmente lo pasaba muy mal, como si en su destino se hubiera cruzado la desgracia misma.