lunes, octubre 22, 2007

Soy egoista,
Soy animal,
mi voz rústica desenfunda espadas de muerte.

Vivo entre ustedes, pero pertenezco a los bellacos,
y mientras entrego mi alma a las artes para representar al bien,
asesino por la espalda con mi amargura.

Robo las sonrisas para llenar de lamentos ese rostro,
hurto el pensamiento y lo convierto en pesadilla,
aniquilo corazones para acelerar mi camino al averno
y mientras puja la bondad,
ahogo la esperanza en un aborto infernal.

Mi caminar es pausado y mis pisadas cortan a su paso las huellas del pasado,
para allanar el cemento con mi angustia.

Tremenda decepción siempre fui,
y en un ser oscuro me convertí.

El amor me mira a lo lejos y con una mueca me desprecia,
para tomar a otros de la mano.

Con mi ser a merced del invierno, me congelo
y cuando el sol vuelve a vivir en mí,
me derrito hasta desaparecer por completo.

Ironías de la vida o meras casualidades,
sólo espero que el calor de una alma piadosa evapore mi humanidad,
así comenzaré nuevamente el proceso en que esa lágrima transformó en diluvio tu perdida,
para condensarme nuevamente y hacer sólido el instinto que algún día me hizo soñar.