miércoles, febrero 01, 2006

Inmortalidad


La masa acciona las ondas cerebrales hasta el nivel más bajo, alienados a no pensar emiten los códigos de expresión con obscenos gritos y gestos que se repiten como un murmullo aniquilado. La gente se aglomera en busca de un ticket de 100 mil o 200 mil pesos, mientras endeudan sus futuros y prefieren morir buscando un mendrugo antes de perderse el evento “top” del año.

Con lentes carraspeados y fulminantes, que estrellan los sentidos por su amarillismo visual, tararean las canciones que nunca se supieron, en un dudoso inglés y con melodías inventadas al paso.

Viene Bono y The Edge gritan los más fanáticos, sin saber que son estos personajes más allá de la caricatura. Vienen los shows pirotécnicos y el bamoboleo desenfrenado por toda una noche de febrero.

Es algo inolvidable, nunca visto, cuatro pericos arriba de un escenario rockeando por los dólares, que luego descansarán y disfrutarán en sus mansiones y mantendrán sus aletargadas vidas por siglos de fortuna, gracias a ese gesto mesianico de la gente.

Pero que más da, somos protagonistas de la historia, del yo estuve ahí, para tener tema de conversación y para luego llevarme una polera a mi casa con el logo descomunal de ese concierto inmortal.

Pasarán los años y la vida cotidiana es diferente, todo cambió desde esa noche, porque cuatro individuos entraron a mi existencia para decirme con guitarras y fraseos que se puede cambiar al mundo. ¡PLOP!............................