lunes, julio 23, 2007

Sombra



Ese compañero silencioso y casi invisible que aparece para recordarte tu humanidad primitiva.

Ese niño en la pared, ese joven en rebeldía que se esconde, ese adulto pecaminoso que te apunta con el dedo mientras sales corriendo y ese abuelo inmóvil que hace eclipse con tu figura.

Ese amigo compañero de juerga, pero también el que soporta contigo los látigos de la indiferencia.

Cuando te vuelves maligno, es el justiciero que te degolla en la penumbra y que se va para siempre de tu lado.

El hombre sin sombra, muerto está, sólo esperando la mano del diablo para salir a carretear, mientras tu reflejo triste abandona el país exiliado, para no regresar nunca más.